martes, 17 de febrero de 2009

primera confesión (renuncia de la divinidad)

Renuncié a todo
sólo el me acompaña, mi amor de carne, de deseo, de pasión...

...Este es mi amor profano,
mi amor impío,
el que no sabe de sentimientos
al que no le importan las virtudes
el que todo lo corrompe,
es mi amor inmisericorde
capaz de una crueldad incontrolada
este mi amor al que nadie conoce
al que solo yo comprendo
igual de eterno que todo lo que me rodea
no le he formado yo, ha sido parte de mí
a lo largo de los siglos.

Dejo constancia ahora de él,
confieso poseerlo.

Comienzo mis días fuera de la omnipotencia que abandoné
soy solo dios en minúscula,
un dios absurdo, perdido en las angustias que el mismo ha creado

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