jueves, 19 de febrero de 2009

una historia a parte

ángela

paso las horas como mejor puedo, trato de no pensar tanto, está hecho y no hay marcha atras, me levanto cada cinco minutos del sillón para asomarme por la ventana, no espero a nadie y estoy segura que nadie me espera en ninguna parte, pero es una cuestión de hábito, últimamente tengo la mirada fija en la ventana, no es una vista al mar, para nada, al contrario todos los días me asomo a un desolado asilo de ancianos, es lo que hay, uno no decide quienes han de ser sus vecinos, digo, no es que me desagraden los viejitos que me han tocado como paisaje, si hasta les he llegado a tomar cariño a algunos, gonzalo por ejemplo me cae muy bien(aclaro que el nombre se lo he inventado yo, no tengo ni la menor idea de como se llame en realidad) es como de setenta años casi calvo, todo el día lleva un libro bajo el brazo, desde aquí con los binoculares(comprados exclusivamente para vigilarlos más de cerca) he descubierto que el dichoso libro es de poesía no tengo idea del autor todavía aunque en eso estoy por el momento imagino algo de bécquer en definitiva mi gonzalo tiene pinta de romántico, no se si mencioné que es alto como de 1.78, debió de ser un galán en su época, tiene unos ojos de un hermoso color verde, es muy serio no habla con nadie, nunca ríe, parece tan triste que la semana pasada estuve a punto de bajar las escaleras y cruzar la calle para hacerle una visita, por supuesto fue sólo un momento de locura, quien soy yo para quitarle su tristeza, si está visto que cuando todos sus compañeros salen el siempre busca estar a parte, al parecer se deleita en su soledad por mucho que está le conduzca a la tristeza. Bueno igual le he tomado cariño a paola la única de todas las mujeres que se sienta siempre a unos metros de mi gonzalo hasta ahora no he visto que le dirija la palabra, se limita sólo a mirarlo, paola ( la bauticé así en honor a una tía lejana que si viviera debería ser exactamente igual a ésta) es más bien baja de estatura como de 1.50 yo imagino que ronda también los setenta o tal vez un poco más, es una viejecita simpática se sienta dos o tres horas bajo uno de los arboles cercanos a la mesa en donde gustavo pasa sus días leyendo, después se incorpora al grupo y continúa el día con todos ellos mirando de reojo cada que puede a gonzalo que no para de leer lo mismo de todos los días, supongo que le gusta, me ilusiona pensar en su amor de chiquilla senil, me encanta imaginar el día en que por fin se anime a dirigirle la palabra, trato de no pensar en lo demás eso que ya lo decidan ellos a mi solo me gustaría ver que cruzaran una sola palabra un simple hola quizá, ese día tiro los binoculares a la basura y me olvido de ellos. por el momento es hora de volver al sillón a no seguir pensando mucho que si no me voy poner a llorar de nuevo.


ernesto (alias gonzalo)

no digo que no me guste estar aquí, si yo no me quejo de nada, lo aguanto todo, que para eso soy hombre, viejo eso es cierto no hace falta discutirlo, pero hombre al fín, quién chingados se cree la enfermerita esa para venir a decirme tantas idioteces que no logro entender, que si la presión arterial , que si dice mi hijo que me nota muy triste, que las nuevas pastillas me están afectando los nervios; bueno yo me digo: y qué carajo le interesa a ninguno de ellos lo que me pase. les preocupa que no socialice y con quién demonios voy a platicar, aquí me han encerrado con un montón de momias locas que no paran de hablar de sus achaques, que compiten por saber cual de ellos es el más desgraciado y enfermo; a mi qué me importan sus miserias, yo no estoy hecho para compadecerme de nadie, igual y nací sin corazón y pasé toda mi vida sin él por que no lo necesité, no soy capaz de sentir compasión ni de mi mismo, por qué habrían de interesarme ellos. en especial la vieja ésta que no deja de verme, estoy todo el día sintiendo su mirada sobre mi, pero qué chingados le pasa conmigo yo no la conozco de ningún lado, me harta tener que soportar sus ojos negros todo el día, pero no voy a romper mi silencio, no voy a preguntarle nada, no me interesan sus motivos; además mi silencio es lo único que me queda ahora, es lo uútimo de lo que soy dueño y no pienso renunciar a él. Por otro lado está el asunto que nadie sabe, está el secreto, lo único que me hace soportable la vida, qué le pasa a la chica de enfrente que no deja de mirarme llevo dos meses sentándome todas las tardes en este mismo lugar y ella no ha faltado un sólo día, al principio me pareció una casulalidad una mera ilusion mía, después incluso a sacado unos binoculares de quién sabe dónde, está todas las tardes pegada a su ventana mirándome, igual y me estoy volviendo loco pero sé que me mira a mí, solo a mí y a este puto libro que no sirve para nada, mira que traerme un libro a mí que no se leer...


isabel (alias paola)

y a ti qué te pasa viejo loco, es que te vas a pasar toda la vida, la poca que te queda, sin
mirarme, fíjate bien abuelito, a ver que día de estos te acuerdas de mií no me hagas pensar que de plano estas igual de lurias que estos otros, y por qué te empeñas en hacerte el poeta si yo se bien que tu no sabes ni deletrear tu nombre, que te sientes muy culto, mira nomás que atreverte a tomar un libro y hacer como que lees y lo peor de poesía, pero quién te dijo a ti que con poner cara de entendido ya nadie te iba a reconocer; pues te engañaron viejito, yo te conozco, yo isabel jiménez gracia te conozco, no importa que hayan pasado treinta y tres años desde nuestro último encuentro, tu crees que el tiempo me iba a hacer olvidar, deja de hacerte el interesante y voltea a verme, seguro que te acuerdas también, no cambiamos tanto solo estamos un poco arrugados; qué te crees que le gustas a la chica esa de la cortina azul, me río de ti, me río de lo imbécil que te has puesto con la edad, deberías aprender de mí que no necesito esconderme y hacerme la indiferente para que me pongan atención. Me estoy decidiendo anciano,hoy vas a recordarme, hoy viejo jodido va a ser el dia, qué más me da a mi si de todos modos me voy a morir qué más te da a ti si de todos modos te voy a matar.

martes, 17 de febrero de 2009

dato autobiográfico

...digo silencio,
recuerda mi cuerpo,
olvida mi rostro.

hoy no

Hoy no quiero hacerte el amor...

(por lo menos no como siempre)
hoy no quiero saber de caricias desmedidas
nada de besos salvajes y neuróticos
no tengo planes de tomarte por la fuerza
nada de jugar al sado
de tomar tus cabellos entre mis manos
y tirar de ellos hacia donde se me dé la gana
no es día para mordisquear tus pechos con furia
no me apetece desgarrarte las ropas una a una
primero romper como loco tu linda blusa blanca
destrozar la falda corta que tanto me provoca
y arrancar de golpe tus diminutas prendas íntimas
justificantes de mi excitación extrema
buscar tu desnudez como un loco
recorrerte la piel con mi aliento de bestia
nada de agarrar tus caderas con fuerza suficiente
para hacerte gemir de gusto no quiero tomarte
como un animal a su hembra en celo
nada de salvajismos para adentrarme en ti
no quiero que veas mis ojos dementes
transtornados por el deseo.

déjame acariciarte con calma
con lentitud
puedes dormir con mis besos
hoy solo quiero
estar presente en tus sueños.

mi mujer de ensueño

Para besarte toda me falta el aliento
para acariciarte hasta el alma me faltan siglos
eres infinita como una noche de estrellas.
Me agotas, me dejas exhausto,
me consumes hasta volverme cenizas
no puedo rozar tu cuerpo,
me abandonan las fuerzas,
ya no tengo latidos,
se me acabaron las palabras...

primera confesión (renuncia de la divinidad)

Renuncié a todo
sólo el me acompaña, mi amor de carne, de deseo, de pasión...

...Este es mi amor profano,
mi amor impío,
el que no sabe de sentimientos
al que no le importan las virtudes
el que todo lo corrompe,
es mi amor inmisericorde
capaz de una crueldad incontrolada
este mi amor al que nadie conoce
al que solo yo comprendo
igual de eterno que todo lo que me rodea
no le he formado yo, ha sido parte de mí
a lo largo de los siglos.

Dejo constancia ahora de él,
confieso poseerlo.

Comienzo mis días fuera de la omnipotencia que abandoné
soy solo dios en minúscula,
un dios absurdo, perdido en las angustias que el mismo ha creado

ganas

Llevas horas ahí recostado
dime algo, lo que sea,
no pido un te amo
ni que me quieres,
sólo di lo que tengas que decir,
lo que yo necesito escuchar.
despierta un poco
no te mueras en mi cama
dímelo en dos palabras
o sólo una si lo prefieres, sólo una.
levántante, abre los ojos, mírame
ya no tienes ni que hablar
sólo no te mueras en mis sábanas
voy a tocar tus labios, voy a besar tus ojos
voy a revivir tu cuerpo,
voy a tirar de tus cabellos si es preciso,
¡por fin! reaccionas y sonríes,
sabes que no puedes morirte así nada más
sabes lo que quiero,
ya mejor no digas nada.

espejo

¡mírame!
así, no tan próxima,
no te acerques demasiado
sólo mírame sin descanso,
deséame, ansíame
no te atrevas a tocarme aún...

Observa mi piel excitarse,
fíjate en mis labios que te esperan
ves mi pecho agitado
ves mis pezones erguirse para ti
escucha mis latidos impacientes
mírame a los ojos, percibe mi deseo
mis manos que buscan las tuyas;
no las agarres, no,
déjalas que se pierdan.

Mira mi pubis inquieto
cómo te espera
está casi gritando tu nombre
no me toques todavía
quiero acumular las ganas
déjame ahora mirarte
déjate desnudar con mi lujuria
quiero imaginarte en mis perversiones,
saciar las ganas con tu cuerpo inventado
imaginar tu sexo ardiendo como el mío.
Mírame, sin palabras,
sin secretos, sin estorbos.

lujuria

no quiero pensar más en tu sexo.

no me beses de nuevo
no acaricies mis ganas
no te rías como loca
no me muerdas los sueños

no te quites la ropa
no desnudez mis deseos
no subas por mi cuerpo
no juegues a domarme

domingo, 15 de febrero de 2009

extinción

No es que me importen tus besos,
no es que me interese el sabor insignificante de tu cuerpo,
no me atraen hoy tus gemidos,
ni tus jadeos violentos pueden atarme a ti;
no estoy aquí ahora para complacerte,
para decirte palabras que ni yo me creo.

No me hacen falta tus miradas orgásmicas,
no he venido a entregarme como esclavo indefenso.
¿Qué es tu sexo hoy?
más que una gota de mar perdida entre mis ganas,
qué son tus pechos ahora
que puedo extinguirlos con mis manos,
no me interesan tus gritos,
estoy ebrio de tus lamentos,
estoy odiando tus labios,
estoy desgarrando tus sueños,
no soy para nada tu hombre,
no soy en modo alguno tu amante.

Quiero escuchar tus súplicas,
tus sollozos cansados pidiendo una tregua...
anda pide por fin que todo acabe,
dame el gusto de sentirme vencedor en tu juego.

sábado, 14 de febrero de 2009

día primero

En el principio era tu cuerpo mujer , tu cuerpo desnudo a través de la noche, tu cuerpo vagando en mis pensamientos.

Después fueron mis manos moldeándolo todo; fui creándote a partir de mis sueños, te forjé de la arena que mis playas traían hasta mi, con el agua de los mares recién creados inicié mi obra, quise darte lo mejor de cuanto había hecho, mezclé con mis propias manos el lodo marino con que debía crearte hasta dar con la proporción exacta; dí comienzo a mi labor de alfarero en el día primero de la verdadera creación, dí forma a tus manos frágiles y suaves como dos gotas de rocío, miré la unión exacta de tus dedos , continué dando forma a tus brazos a tus hombros a tu cuello, me detuve exhausto a contemplarte un momento y vi que era bueno cuanto había creado, avancé despavorido hacia tu rostro, dibujé tu sonrisa encendí tus mejillas di forma a tu nariz a tus sienes; extendí tus cabellos por el suelo y me apresuré a pintar tus ojos negros; me embriagué de inspiración y continué eufórico recorriendo la arcilla y dando paso a tus líneas tenues y cálidas; en un principio busqué la forma exacta de tus senos el punto más alto en que debía concluirlos, levanté montículos de arena sobre tu pecho me abandoné perdido en mi locura, hasta dar con el tamaño preciso y la separación matemática entre ambos, busqué en mis oscuros deseos el modelo idóneo de los pezones el color dulce y enloquecedor de cada uno y su textura única al tacto, quise que fueran tan suaves,tan dóciles, tan bebibles.

Cansado, descendí a dar forma a tus caderas, a iniciar la más ardua de mis creaciones, convertí la simple arcilla en algo más que un paraíso, hice germinar en tu pubis diáfano un capricho mío que lo cubriera, una selva de vello dulce en la cual perderse algún día ; concentré todo mi esfuerzo creativo en tu sexo, agoté mi genio en este sitio, lo hice perfecto a mis ojos, lo creé exquisito al tacto, y no conforme lo volví un manjar para la boca del hombre, he dado a tu sexo mujer una porción de gloria fugaz, he puesto en ti un poco de infierno que todo lo consume que todo lo devora que todo lo ansía, y he visto que sin embargo era bueno cuánto había hecho de ti...

He concluido ya, al anochecer de este día primero he puesto la última pincelada y cada centímetro de tu piel ha nacido hoy de mi, eres la obra infinita de mis manos, mujer de arena y sal; mujer de líneas suaves como brisas

Te he creado tan bella.

Y he llegado a desearte, a quererte para mi antes que para los hombres,
yo, que todo lo puedo, que soy eterno y dueño de todo, me he descubierto ahora miserable y pequeño; me asomé al abismo de tu piel ardiente, mis manos que han dado forma a tus contornos más ínfimos, están inquietas, desesperadas y extrañándote...

En que momento, maldita la hora, acerqué mis labios a los tuyos fríos y muertos para darte vida, esos labios rojos, suaves, dulces, tiernos, que respondieron a los míos que bebieron de mi aliento, tus labios de mujer que no conformes con beber de mi la vida se unieron a los míos; me besaste, con esa inocencia tuya que nunca más volverás a tener, me besaste a mi, levantaste los brazos y lo hiciste para abrazarme, tomaste mis cabellos entre tus manos, por vez primera olvidé mi soledad de siglos, olvidé mi silencio, mi eternidad se desvaneció un instante, después tuve que dejarte, después tuve que odiarme, después vino la ira, la tristeza, volvió la soledad...